El nacimiento es uno de los eventos más estresantes de nuestra vida. El bebé está sometido a grandes fuerzas en el momento del parto: la que ejerce el útero cuando lo empuja para expulsarlo y la fuerza de resistencia del canal del parto.
El nacimiento es uno de los eventos más estresantes de nuestra vida
El bebé tiene que girar, torcerse y abrirse paso a través de los huesos de la pelvis de la madre. La cabeza contiene el sistema nervioso del bebé; durante el parto el cráneo se moldea o distorsiona, ya que se comprime a través del canal del parto, y muchos bebés nacen con una cabeza de forma extraña. En los primeros días, el cráneo puede mejorar y moldearse al liberar las tensiones mediante la succión, el lloro o los bostezos del bebé. Sin embargo, este proceso es a menudo incompleto, especialmente si el parto ha sido largo y difícil. Es entonces, cuando el cuerpo tiene que compensar y adaptar estas tensiones mientras se va desarrollando. Esto conlleva que los tejidos afectados crezcan distorsionados y que el sistema vaya perdiendo su homeóstasis (equilibrio global del cuerpo).
Cuando los osteópatas examinan a los bebés, a menudo encuentran tensión en la columna y el cráneo y eso es indicativo de que el bebé se siente incómodo, irritable, tiene cólicos y alteraciones del sueño.
Después del tratamiento osteopático podemos apreciar mejoría en el cólico del lactante, en los hábitos del sueño y disminución de la irritabilidad, de modo que el bebé se muestra más calmado, sonriente y feliz.
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